domingo, 4 de octubre de 2009

Partido Conservador Colombiano, 160 años.

ALFREDO BOCANEGRA VARÓN. "El Nuevo día"
El día 4 de octubre de 1849, aparecería publicado en el periódico de inmejorable nombre "La Civilización" de reciente circulación, tan sólo dos meses antes, el considerado primer programa doctrinario del partido, el de Caro y Ospina, quienes definieron al conservatismo como el partido que reconoce y sostiene: "El orden constitucional contra la dictadura. La legalidad contra las vías de hecho. La moral del cristianismo y sus doctrinas civilizadoras.., La libertad racional, en todas sus diferentes aplicaciones, contra la opresión y el despotismo, monárquico, militar, demagógico, literario, etc. La igualdad legal contra el privilegio aristocrático", imaginamos que no referían el alcance etimológico de la expresión (del griego aristos: el mejor), es decir, el Gobierno de los mejores, si no a la forma de Gobierno en la que el poder le pertenece solo a una minoría, o al otro extremo: oclocrático, el Gobierno ejercido por la multitud, se establece aquí un justo y prudente equilibrio en las formas de Gobierno, a continuación, mencionan el universitario o cualquiera otro tipo de privilegio.
Continuando con la impronta de principialidad, consagraron: "La tolerancia real y efectiva contra el exclusivismo y la persecución sea del católico contra el protestante y el deísta, o del ateísta contra el jesuita o el fraile. La propiedad contra el robo y la usurpación. La seguridad contra la arbitrariedad de cualquier genero que sea, en fin ¡La civilización en sí contra la barbarie !". Para partidarios y contradictores, neófitos y eruditos, surgiría tras leer esta formulación de principialidad, el siguiente cuestionamiento, ¿si ese primer programa conservador, originario del siglo XIX, de donde datan particularmente en occidente los partidos políticos modernos, contiene expresiones de libertad, de igualdad, de sujeción al derecho, de igualdad sin privilegios, de tolerancia real y efectiva contra la persecución, si aboga por un Gobierno no de una minoría tan egoísta como privilegiada como tampoco de una muchedumbre amorfa y desorientada, a que debe su reputación de colectividad retardataria, retrógada, intolerante? Si programas posteriores como el de 1937, firmado por Laureano Goméz y Mariano Ospina Pérez, sienta la tesis: "La misión del Partido Conservador es la realización de la doctrina social cristiana" por qué, si aún en una época donde resultaba difícil pregonar el intervencionismo estatal -tan reclamado en estos días, por su ausencia total, y sindicado por muchos de la causación o agravamiento de la actual crisis económica mundial que nos arropa- ya que el país estaba todavía bajo la fuerte influencia del capitalismo de Estado, y en que gravitaban las más contrarias interpretaciones sobre el mismo, Gilberto Alzate Avendaño, con anticipada visión, reclamó así: "El Estado como instrumento para mediar a favor de las clases débiles abandonadas a la suerte precaria, a los azares de la libre concurrencia" para complementar este criterio el ex presidente Misael Pastrana Borrero, al citar a Alzateen este pasaje, agrega: El Estado como árbitro de los conflictos, colocando su influencia al servicio de los pobres. El estado cristiano, como ente intermedio entre el capitalismo deshumanizado y frío" (hoy llamado capitalismo salvaje) "En pocas palabras, el Estado social que es ya parte integral del credo político del conservatismo colombiano". Sin duda, aquí para intentar buscar una respuesta a la pregunta formulada al inicio desde este acápite, podría decirse que tal y como acontece en toda institución naturalmente orientada por seres humanos, no es extraño encontrar una sóla respuesta si no variadas, como: la dañina, ignorada o maleable interpretación de quienes se apoderan del comando, y con su conducta omisiones y ejecutorias distancian a las colectividades de los principios y desencantan a la sociedad desplazándolas de sus filas.A pesar de todo ello, en este largo inventario, se establecen muchas ideas, distinguidos liderazgos, realizaciones y fracasos, buenas intenciones y no pocas frustraciones, como compañeros de este largo viaje a través de estos 160 años, seres humanos valiosos, como en todos los partidos, lo han enaltecido con su vida pública o de manera anónima, así como otros lo han -y lo continúan envileciendo-. Por ser un partido histórico es lógico que contenga mucha responsabilidad, sus aciertos deben ser reinvidicados y continuados en muchos casos, sus equivocaciones, merecen como lo hiciera la Iglesia católica bajo Juan Pablo II, o el liberalismo colombiano, bajo la Presidencia de Rodrigo Rivera, objeto de solicitud de perdón con propósito de enmienda, de la época preterita cuando los liderazgos los otorgaba la capacidad insólita de conducir las masas a la guerra, o bajo el deleite de la poesía, a las gloriosas cuando se protegía a las masas rurales mayoritariamente conservadoras, se incentivaba su productividad, se coadyuvaba a abrir paso a los derechos de la mujer, se contribuyó a la reconciliación interpartidaria, sin lugar a dudas, muchos hombres y mujeres contribuyeron con aciertos y sin ellos a constituir políticamente la República, desde lo que Álvaro Gómez, al responder a la pregunta, doctor Gómez, ¿y, qué es ser conservador? definiera de manera tan clara como breve: "Ser conservador es una forma de ver el mundo".Siempre nos preguntarán, ¿conservador de qué? Caro, constestó hace 160 años, "conservador de la República, de la sociedad, de los principios, y esos principios los resumió a su vez en uno sólo el derecho, y le confirió carácter de bandera, de fin de medio de regla, por ser en su acertada expresión, el ejercicio simultáneo armonioso de todo derecho, la paz: el respeto de todo derecho existente, el restablecimiento de todo derecho violado: la justicia. Por eso, el Partido Conservador, el partido del derecho es naturalmente pacífico y justo ", aseveró. Hoy, siguiendo esos principios que deben interpreterse como un deber ser, el nuevo conservatismo dentro de una misión progresista y equilibrada debe defender el derecho, pero el derecho justo, desde su produción hasta su ejecución, debe defender el primer valor el de la vida, debe velar por la conservación del medio ambiente y los recursos naturales, la conservación y desarrollo de las minorias étnicas, el de la tolerancia religiosa, el acceso a la educación como instrumento de igualdad, de la conservación del logro manteniéndolo y ampliándolo con la participación femenina, el de la igualdad sin privilegios, que otorgue créditos para todos: ricos y pobres, pero subsidios únicamente para los pobres.Finalmente, en fecha tan especial permítanme parafrasear a un intelectual conservador, definitivamente, nuestros predecesores coadyuvaron en la creación ya casi bicentenaria de la República "Pero cambió ya la voz severa de los tiempos, y la de hoy nos impulsa y compromete a buscar no sólo la Constitución Política de la República si no la Constitución Social de la Nación".

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