lunes, 15 de noviembre de 2010

Revolución ética

Por: Ma. del Valle Alvarez Gelves
Periodista


Da la sensación que la Argentina está comenzando a despertar de la pauperización institucional en la que estuvo sumergida durante estos años de democracia.
La libertad devino en libertinaje político; se utilizaron los medios y las estructuras del Estado para fines propios y se exaltaron las miserias humanas a través de la compra de voluntades.
Varias generaciones hemos crecido sometidas a la sombra de una forma de hacer política donde la deshonestidad, la corrupción, el robo, el clientelismo y los negociados fueron la norma. Sin dudas los gobiernos kirchneristas han representado el paradigma de ese modelo.
Sin embargo, este fin de semana, sorprendieron las declaraciones de la Sra. Hilda “Chiche” Duhalde quien señaló que “la sociedad está harta y yo también estoy un poco harta de la política”. No es el momento ni el objetivo de este artículo buscar las razones y las responsabilidades que el matrimonio Duhalde tuvo en ese estado de cosas.
Por su parte, la Sra. Lilita Carrió, además de abordar el tema de los sobornos en el Parlamento, insistió en que es necesario rescatar la decencia, los valores y el republicanismo como la forma actual de hacer política.
Creemos que es tiempo de construir un nuevo proyecto de país buscando en la honestidad el punto de unión que aglutine el reclamo a gritos de la sociedad. Una revolución ética que permita gestionar políticas de Estado sobre la base del crecimiento y el desarrollo social que es lo que necesitamos ahora.
Es imposible poner en práctica una acción positiva sobre la base de la amoralidad, la ausencia de moral.
Quizás sería bueno replantearse la idea de país desde esa perspectiva: a pesar de lo utópico que puede resultar, desde el modelo de la honestidad y la transparencia en la gestión pública.
En ese sentido es imperativo iniciar la revolución del mérito, del esfuerzo productivo, de la preparación académica en todos los niveles; en fin, una revolución ética para salir del estancamiento y de la corrupción. Un nuevo contrato moral.
Las diferencias partidarias podrían quedar momentáneamente de lado visto y considerando que la honestidad sería el valor supremo, el requisito principal de esta nueva era política.
Somos muchos los que sentimos impotencia por la falta de valores, por el atropello al sistema republicano y federal, por la forma prebendaria y prostibularia que se utiliza para hacer política.
Estamos hartos de esta clase dirigente corrupta –que ni siquiera renueva sus nombres- y que le exige a la sociedad cada vez más obligaciones mientras que sus cuentas crecen progresiva y groseramente.
Hartos de esa casta política que disfruta del gozo y de los privilegios de los cargos públicos logrado a fuerza de obsecuencias.
La mediocracia ha combinado letalmente la corrupción moral con el poder de los negociados y generó una clase dirigente que se siente dueña de un país al que consideran como propio y manejan antojadizamente.
Los políticos, sindicalistas y las bases partidarias se convirtieron en una fuerza de choque; son “barras bravas” y no instrumentos al servicio del sistema republicano. Desacreditan a quienes proponen una alternativa política más honesta con un lenguaje de barricada impropio de quienes ostentan funciones institucionales.
Usurpadores de un estilo de vida, reemplazaron los valores culturales nacionales por un código mafioso donde impusieron la ley del silencio a fuerza de sobornos, coimas y actitudes patoteriles.
Quizás una nueva época esté asomando en el horizonte nacional.
Tal vez no seamos nosotros los depositarios de esta nueva realidad. Sin embargo ya es alentador saber que comienzan a surgir con más fuerza las voces de la disconformidad y la denuncia.
Nos hemos dejado anestesiar; hemos aprendido a convivir con la corrupción política. Con las falsas promesas.
Tal vez la revolución ética esté golpeando las puertas de este sistema democrático envilecido y corrupto. Tal vez en este Bicentenario todavía podemos creer que algo va a cambiar.-

jueves, 29 de julio de 2010

De la Argentina de los valores a la Argentina de los códigos

Por: Ma.del Valle Alvarez Gelves
Periodista


Si en Argentina hiciéramos una estadística respecto del vocablo que más se utiliza entre los miembros de la sociedad creo que, sin temor a equivocarme, que la palabra “traición” figura entre las primeras del ranking.
Los políticos nacionales en general, el ahora ex DT de la selección de fútbol o los “mediáticos” devenidos en “artistas” gracias a la influencia de la TV, utilizan sistemáticamente la palabra traición para agredir o denostar a aquellos que eligieron un camino propio, fuera de su órbita de acción.
De esta manera subyace entonces la idea de que aquellas personas que tienen opiniones propias - por recurrir al inalienable derecho a la libertad de pensamiento - y las emiten quedan expuestos a ser traicioneros (con toda la carga negativa que el término en cuestión conlleva implícitamente); en síntesis, que de acuerdo a los “códigos” que utilizamos en la Argentina de hoy, la “traición” no deviene de estar “a favor de” las propias ideas (lo cual sería más que loable y hasta necesario diríamos porque entonces estaríamos hablando de coherencia) sino de estar “en contra de” una persona. Y lo más lamentable es que se utilicen palabras más propias de la mafia que de una sociedad madura y desarrollada para referirse a aquellos que opinan diferente y son consecuentes sus ideas.
Siguiendo esta línea de pensamiento no es de extrañar que en nuestro país se hable de “códigos” y no de “valores” como parte de la tergiversación cultural e idiomática a la que nos vemos expuestos desde hace varias décadas hasta la actualidad, situación que se ha agravado en los últimos años.
La palabra “valores” conlleva implícita la idea de lo trascendental en relación a las modas de una época en tanto que los “códigos” varían según las circunstancias sociales. Si los personajes públicos se manejan de manera mafiosa el discurso, necesariamente, será mafioso. Si los personajes públicos honran sus propias vidas con valores trascendentes el discurso –y aún a pesar de que uno pueda discrepar- será valorado.
Creemos firmemente en la pluralidad de ideas, en el derecho a pensar libremente, en poder actuar de acuerdo a nuestros propios valores y en consecuencia, nadie tiene derecho a acusar a nadie de “traicionero” porque le estaría negando la potestad más sublime que tiene el Ser Humano y es la libertad de elegir.

Argentina hoy

Como ejemplo práctico de esta situación vale la pena destacar una definición del Dr. Massot en su libro “La excepcionalidad argentina, auge y ocaso de una Nación” en la que subraya que “en el país de los argentinos, la República fue secuestrada y reemplazada por una partidocracia madurada al amparo del derroche de los dineros públicos y de una corrupción imposible de acotar.
La diferencia de las naciones más desarrolladas…respecto de la nuestra reside en el tejido de complicidades, lealtades corporativas, pactos secretos y la ley del silencio que, a falta de otro término mejor, es pertinente llamar impunidad”. Los gobiernos se sucedieron a la par que la corrupción se ha ido incrementando “con la particularidad de que, transcurrido el tiempo, los vicios cambiaron: antes se robaba individualmente ahora la corrupción se ha hecho movimientista…. Antes la corrupción era sinónimo de delincuencia y quienes eran descubiertos se pegaban un tiro; hoy el delincuente supone que quedarse con un vuelto ajeno es una merecida recompensa por los sinsabores de la función pública”.-

domingo, 18 de julio de 2010

EL JUEGO DEL MIEDO

Por: Ma. del Valle Alvarez Gelves
Periodista

En consonancia con la nota editorial publicada por el Diario La Nación, reproducimos un artículo escrito en Mayo de 2009.

El presidente consorte del actual gobierno sigue recurriendo al discurso del miedo como una manera de intimidar a los ciudadanos. Ignorante de la psicología humana y convencido que la evocación de capítulos trágicos de nuestra historia reciente le van a generar esos votos que necesita para sostener la hegemonía de su autoritario sistema, el marido presidencial utiliza golpes bajos para la campaña legislativa con proyección a las presidenciales 2011 la cual, según pasan los días, se le va tornando más adversa debido a la suciedad en la que la ha sumergido.
Sin embargo y ante esa actitud desaforada e irracional que transmite en cada una de sus alocuciones nos preguntamos quién es el que tiene miedo. Porque no podemos obviar que cuando alguien intenta dominar la voluntad de otros a través de ese artero sentimiento sólo pone en evidencia su propia debilidad y temor y su incapacidad para reconocer sus propias incertidumbres.
El miedo es el arma más baja y ruin que puede utilizar alguien para dominar la voluntad ajena. Especialmente porque el miedo paraliza a quien lo padece. Reconozco que no por mucho tiempo pero el tiempo en que lo hace anula la capacidad de reacción del sometido impidiendo su libre determinación y se necesita mucha fuerza de voluntad y coraje para salir de ese estado de cosas.
Néstor insiste una y otra vez en que “estarían en riesgo la gobernabilidad y el sistema democrático” como un mensaje claro regado de terror al que acompaña con gestos, miradas y tonos acorde al mismo.
Sin embargo, hay algo en lo que coincido con Kirchner porque, efectivamente, volveríamos a décadas pasadas si se insiste en votarlo después de leer sus discursos. Porque, si mal no recuerdo, fue el mismo ardid al que apeló el Dr. Alfonsín –ahora encumbrado en los altares de la Patria- cuando el gobierno de entonces comenzaba a mostrar signos de debilidad y de incapacidad para gobernar y resolver los asuntos críticos que asomaban en su gobierno.
Un líder verdadero, lejos de apelar al temor para cosechar adhesiones que lo sigan en un proyecto, debería procurar sembrar la esperanza y el buen entendimiento aunando voluntades en torno a nobles ideales donde, indudablemente, el sacrificio, el esfuerzo, la discusión de las ideas y los objetivos claros forman parte de la ingeniería del triunfo.
Porque el temor, lejos de motivar, es un gran inmovilizador en la dinámica del crecimiento como lo son la mentira, la manipulación y la apelación recurrente a esas imágenes negativas que quedan archivadas en la memoria individual de la experiencia de cada uno.
¡Pero no!
Una vez más el presidente consorte se quedó en la retórica setentista que intimidaba, asaltaba, y paralizaba a la sociedad con el miedo.
A los ciudadanos nos cabe entonces la obligación intelectual, si queremos ver a nuestro país prosperar, de tomarnos el tiempo necesario para hacer un análisis de los discursos pre electorales –si es que alguno tuviera contenido o ameritara el esfuerzo- porque luego vienen las decepciones y resulta que “nadie lo votó”.
Porque no son los slogans propagandísticos –más propios de las dictaduras comunistas que de los sistemas republicanos y democráticos- con los que se gobierna un país aunque ellos movilicen y convoquen multitudes. En todo caso se necesitan programas serios de gobiernos, capacidad dirigencial y administrativa.
La pregunta clave para este acto eleccionario es: ¿queremos este modelo de país que nos propone la dupla presidencial donde la libertad de prensa está condicionada a los intereses gubernamentales, donde con nuestros fondos pagamos una campaña presidencial, donde se utilizan los recursos del Estado para fines partidarios, donde aparecen candidatos que se saben, no van a asumir, donde se manipula a la opinión pública con mentiras políticas, donde se manipulan las estadísticas, en fin… que vivimos en un sistema construido sobre la base de la mentira ?
Y además, ¿queremos un país más cercano a los intereses de países tercermundistas que de las economías desarrolladas?
La historia argentina ha dado sobradas muestras de valor a través de aquellos que concibieron nobles ideales como movilizadores de sus actos. Siendo que el valor no es más que una decisión que tomamos en las encrucijadas, como leí alguna vez en algún libro, creo que la Argentina actual reclama un compromiso serio de nuestra parte con aquellos ideales que hicieron grande a la Nación.
Sin ideales nobles y convicciones firmes es imposible confrontar con la mediocridad de los discursos políticos que bajan de la autoridad central. Pero esos ideales y esas convicciones deben ser el producto de una reflexión tranquila y no el atropellado soliloquio de quien se deja dominar por arengas vacías de contenido y motivadas por el odio y el resentimiento de quien ve que va perdiendo su poder.
Aunque suene recurrente creo que el problema fundamental que padecemos los argentinos es seguir esperando con la vaga esperanza de que algo va a cambiar aún a sabiendas de que no hay fundamentos sólidos para que ello ocurra.
Los cambios, necesariamente, parten de las convicciones que cada uno tenemos cifradas sobre lo que queremos para nuestras propias vidas. Pero para ello hay que tener el valor necesario para sostenerlas y ser consecuentes con las mismas. Para eso dispongo de la libertad. Para elegir los valores que van a guiar mi vida y renunciar a alguna circunstancia si la misma afecta mi ideal de vida.
Pero no es el miedo el sentimiento que debe primar sobre a la libertad de elección y de opinión. Porque la fortaleza de cada uno reside siempre en sus convicciones y son éstas las mejores protecciones antes el avasallamiento de quien intenta imponernos su voluntad e imprimir su propio temor y cobardía en nuestras vidas.
Ahora, si las convicciones ciudadanas individuales están basadas en la falta de ideales altruistas, en la cobardía para hacerlos públicos, en el temor a los poderosos, en el miedo a perder las prebendas de quien intenta corrompernos, entonces, ¡Dios nos libre! y ya sabemos cuál va a ser el resultado de estas elecciones.
Confío en la madurez del pueblo argentino a la hora de elegir en la próxima elección.-

Editorial del Diario La Nación de Argentina

La política del miedo y la mentira
Los que luchan por preservar los valores republicanos amenazados deberán unirse y denunciar todo atropello autoritario


El doble discurso y el falseamiento de las estadísticas han estado con frecuencia entre las herramientas predilectas del gobierno kirchnerista para captar adhesiones y sumar poder.

Abundan los ejemplos de estas prácticas a lo largo de los últimos años. Alguna vez, por ejemplo, la presidenta Cristina Kirchner, al justificar su reforma previsional, insistió en que se buscaba "proteger" a los aportantes a las AFJP de los malos manejos de sus fondos jubilatorios por éstas. Ocultó, entonces, que el Estado obligaba a las administradoras a que tuvieran en sus carteras títulos públicos ajustables por una variable, como el costo de vida, manipulada hacia abajo por ese auténtico instituto nacional de la mentira en que se transformó el Indec.

Es difícil creer una sola palabra de nuestros gobernantes cuando el descaro para adulterar las estadísticas oficiales del país es tan evidente y es, al mismo tiempo, legitimado desde lo más alto del poder político.

El colmo se produjo pocos días atrás, cuando se descubrió que en el organismo nacional de estadísticas se habían borrado las subas salariales producidas en el sector privado formal durante la presidencia de Eduardo Duhalde, aparentemente para simular mayores logros de su sucesor, Néstor Kirchner.

Quienes hoy conducen los destinos del país desde la Casa Rosada han hablado a menudo de la importancia del federalismo, pero pocas veces se asistió a una tan grande concentración de recursos en manos del gobierno nacional que no se coparticipan con las provincias. También han hecho de los derechos humanos y de la lucha contra la impunidad una bandera, pero se preocuparon por dejar fuera de cualquier revisión de nuestro pasado trágico los delitos de lesa humanidad contra la población, que llevaron a cabo guerrilleros que hoy gozan del apoyo oficial.

Las flagrantes mentiras acerca de los fondos de Santa Cruz y las vinculadas con otros sonados casos de corrupción, como el de las valijas venezolanas, son lo suficientemente graves como para desacreditar a un gobernante.

Sin embargo, entre los ejemplos de dobles discursos como instrumento central en el proceso de acumulación de poder, hay uno que depara las mayores desilusiones y los peores efectos para el objetivo de constituir la unión nacional que predica el Preámbulo de nuestra Constitución. Es la aparente vocación que el matrimonio presidencial dice sentir por el diálogo y la discusión de ideas, tal vez una de las mayores muestras de hipocresía política de las que hayamos sido testigos en los últimos tiempos.

El diálogo y la discusión de ideas jamás pueden darse en un gobierno que ha considerado al principio de división de poderes como un obstáculo burocrático para la tarea de gobernar, y que nunca ha demostrado capacidad para la búsqueda de consensos y la formación de políticas de Estado.

Frente al veredicto de las urnas registrado el 28 de junio de 2009, en el que la mayoría de los ciudadanos rechazó un estilo signado por la crispación y reclamó un reencuentro de los argentinos, los Kirchner no sólo desoyeron ese pronunciamiento popular, sino que reafirmaron sus peores vicios con la insólita argumentación de que la gente votó a favor de "la profundización del modelo".

Lo cierto es que, después de la lección de las urnas y de las tristes enseñanzas que dejó el prolongado conflicto entre el Gobierno y el campo, la pareja gobernante profundizó lo peor del modelo.

El abuso de poder y la provocación fueron una constante desde entonces. Apartarse del discurso único del oficialismo pasó a ser "destituyente". La fundada sospecha de que los teléfonos y los e-mails de muchos puedan ser intervenidos desde el poder central pasó a ser habitual, como lo admitió el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández. La presunción de que la información sobre cada ciudadano medianamente influyente que cuestiona las políticas gubernamentales pasó a engrosar carpetas que los organismos de inteligencia oficiales tienen listas para usar como una forma de presión es mucho más que una sensación.

El afán intervencionista en la economía dio lugar a toda clase de arbitrariedades por parte de organismos de regulación y control, de presiones y hasta de amenazas personales contra hombres de empresa, que en ciertos casos se caracterizaron por la prepotencia y hasta el patoterismo. Las presiones económicas desde el Poder Ejecutivo Nacional a gobernadores de provincias para que se alinearan políticamente, las amenazas a jueces desde el Consejo de la Magistratura, el envío de patrulleros a la casa de una jueza que incomodó al Gobierno, y el sometimiento a periodistas y medios de comunicación no complacientes con el oficialismo al escarnio público estuvieron a la orden del día.

Frente a la estrategia oficial de seguir construyendo poder mediante el engaño y el miedo, será fundamental que quienes se hallan empeñados en luchar por la preservación de los valores republicanos hoy amenazados se unan y no duden en denunciar con coraje cívico todo atropello autoritario.

viernes, 18 de junio de 2010

Entrevista con el Dr. Vicente Massot

Por: Ma. del Valle Alvarez Gelves
Periodista


El Dr. Vicente Massot acaba de presentar su Libro “Revolución. Mayo 1810”, Ed. El Ateneo, en la Ciudad de La Plata.
Por tal motivo hemos creído necesario hacerle una entrevista para que nos dé su opinión sobre los sucesos de Mayo de 1810 y su visión de la Argentina bicentenaria.


1) ¿ Con qué tesis se va a encontrar el lector del libro “REVOLUCION. MAYO 1810” ?
- Básicamente con la idea de que la Revolución de Mayo no está asociada a la idea de una nueva Nación ni por lo tanto de la independencia ni mucho menos a la de democracia. La Revolución de Mayo fue otra cosa y no arrastra en su desenvolvimiento, al menos en Mayo de 1810 (andando los años la cosa por supuesto cambia) ni la idea de la nacionalidad, ni un propósito independentista ni un afán democrático


2) ¿ Cree que los protagonistas de la llamada “semana de Mayo” actuaron movidos por la idea de “fundar” el país o sus acciones fueron consecuencia de los vaivenes de la política española ?
- Esto último, sin duda. No hay un propósito de fundar el país. Lo que sí existe es la intención producto de la catástrofe española; no solamente el hecho de que no había mas rey sino un hecho quizás más grave: el hecho de que España ya no existe para ellos, está perdida, en la medida que las noticias que llegaban a Buenos Aires dan cuenta que los ejércitos napoleónicos conquistaron la Península. Eso dispara, por primera vez, la decisión de Saavedra de que ahora sí las “brevas están maduras” porque era inconcebible pensar que la soberanía residiese, como le dice Saavedra a Cisneros, en los pescadores de la Isla de León que era el último reducto que había quedado de la nación española. Esos hombres asumen la responsabilidad de darle una respuesta a la vacancia del trono y la pérdida de España.

3) ¿ Si pudiéramos utilizar las ciencias exactas para aplicarla a los procesos socio-políticos, cuál sindicaría Ud. como el nacimiento del País ?- Que pregunta difícil. Soy de los que creen que es muy difícil determinar con precisión milimétrica cuando nace una nación. Y la Argentina no es una excepción al respecto.
A mi juicio la nación se conforma en mayor o menor medida – o mejor dicho, esto que conocemos como Argentina – sobre finales de la década del 20 cuando se da la guerra del Brasil a finales del 28. Y me parece que su consolidación definitiva es durante la Confederación Rosista.

4) Las Juntas españolas fueron la consecuencia de la ausencia del Rey. ¿En el Virreinato también fueron el reflejo de esta situación o tuvieron características propias analizando el antecedente inmediato de la Invasiones Inglesas y el comportamiento de los nativos del Virreinato ?-
- En su origen, la gran diferencia es que España no tiene virreyes y por lo tanto, cuando España abdica, el rey y los españoles no aceptan obedecer a José Napoleón; crecen como Juntas porque no había nada. Y después porque por necesidad bélica, estrategia de guerra, esas Juntas van a desaparecer y el poder se va a concentrar en la Junta central y luego en el Consejo de Regencia.
En cambio en Hispanoamérica había virreyes con lo cual la guerra civil, que a mi juicio estalla en 1808-09, no es entre españoles y americanos sino entre partidarios de la Junta y partidarios de los Virreyes. Esa es la gran diferencia inicial. Andando el tiempo, en 1812 ya hay claramente una corrientes independentista en el Río de la Plata pero todavía no hay unanimidad respecto a la independencia. Creo que hay que distinguir entre la Juntas españolas (1808) y las hispanoamericanas (1810).

5) ¿Cree que el Bicentenario celebrado hace poco ameritaba semejante festejo si nos remitimos a la historia de la semana de Mayo de 1810 ?
- No sé cuál era el festejo más indicado.
Me parece que hubo una serie de celebraciones que se dieron y una reacción popular espontánea que no fue menor. Ahora, me parece que tuvo mucho de carnaval, sin ser peyorativo. De fiesta milonguera y creo que faltó –y eso es responsabilidad pura y exclusivamente del gobierno- todo un proyecto cultural ( a diferencia del Sesquicentenario). Creo que hubo mucha pachanga y muy poca cultura; si bien eso es cultura, lo digo en el sentido restringido de la palabra.
Yo temo pensar qué sucedería si uno preguntase qué estamos festejando.
No sé si se distinguiría entre 1810-1816, libertad e independencia; supongo que eso es algo que está en el pasado y a nadie le preocupa demasiado. Tampoco le otorgaría tanta importancia.
Creo que hubo una manifestación espontánea de un patriotismo superficial. Tampoco sé que tan patriotas somos los argentinos; sí sé que hubo una manifestación que me pareció bien pero revela el estado en el que está el país. Si uno compara lo que se festeja y cómo se festeja en el Centenario y en el Bicentenario hay un abismo de diferencia.-

domingo, 6 de junio de 2010

Día del Periodista, palabras de Ezequiel M. Paz

En el Día del Periodista transcribimos un párrafo del discurso pronunciado por Ezequiel M. Paz, Director de La Prensa de Buenos Aires, en el 56º aniversario de la fundación de este periódico, el 18 de octubre de 1925.

Bajo el título de “Etica del Periodismo” El Sr. Paz señala lo siguiente:

Informar con exactitud y verdad.
No omitir nada de lo que el público tenga derecho a conocer.
Usar siempre la forma impersonal y culta sin perjuicio de la severidad y de la fuerza del pensamiento crítico.
Desechar los rumores, los “se dice”o “se asegura” para afirmar únicamente aquello de que se tenga convicción afianzada por pruebas o documentos.
Considerar que es preferible la carencia de una noticia a su publicación errónea o injustificada.
Cuidar de que en las informaciones no se deslice la intención personal del que la redacta, porque ello equivaldría a comentar, y el reportero o cronista no debe invadir lo reservado a otras secciones del diario.
Recordar antes de escribir cuán poderoso es el instrumento de difusión de que se dispone, y que el daño causado al funcionario o al particular por la falsa imputación no se repara nunca totalmente con la aclaración o rectificación caballerescamente concedida.
Guardar altura y serenidad en la polémica y no afirmar nada que hayamos de tener que borrar al día siguiente
Inscribir en letras de oro en lugar preferente, y bien a la vista, sobre la mesa de trabajo, las palabras de Walter Williams, insigne hombre de prensa norteamericano:

“Nadie debe escribir como periodista lo que no pueda decir como caballero”

Nota: La síntesis que acabamos de transcribir fue adoptada como código por los delegados al Primer Congreso Panamericano de Periodistas (Washington, 7 al 13 de Abril de 1926) y como credo por la Sociedad Interamericana de Prensa en su Sexta Asamblea General (1950). Su resonancia de postulado continúa llamando al deber periodístico con elocuente y noble insistencia.

sábado, 29 de mayo de 2010

Al compás de la murga

Al compás de la murga y de los “pueblos originarios”
se conmemoró en la Argentina
el Bicentenario.

El pan y circo romano
o vino y choripán criollo
en las calle porteñas convocó a los seguidores
al son de los tambores.

La Presidente murguera con la cabellera al viento
movía los brazos desenfrenada
como si de un carnaval se tratara.
Pero al Colón no quiso ir
como tampoco sus gobernadores
y hasta al Presidente de Uruguay
apretaron para que no fuera.

¡Vaya! con el Bicentenario
murguero, kirchnerista, guevarista y peronista;
con próceres olvidados, denostados o ignorados;
criticados los gobernantes del Centenario de la Patria
a pesar de ser la Argentina de entonces,
una potencial mundial y respetada.

Pero a los Kirchner les gusta
la onda tercermundista,
Evo Morales, Chávez,
Fidel Castro y sus secuaces.
Y como no podía ser de otra manera
con la sangre rebosante de tanto “patriotismo”
comenzaron a bailar nombres para las próxima presidenciales.

¡Aijuna! con esta Patria nuestra
faltan 6 años para el Bicentenario de la Independencia
y si seguimos a este paso
el 9 de Julio del 2016
viviremos este escenario de la mano del príncipe consorte,
Néstor Kirchner y los “compañeros”, peronistas y guevaristas,
celebrarán otro bicentenario
pero de decadencia nacional.

martes, 25 de mayo de 2010

25 de Mayo de 2010

Desde esta columna queremos desearles un muy feliz Día de la Patria.
Si bien esta fecha no coincide con el Día de la Independencia sino del Primer Gobierno Patrio -aunque en la redacción de la Declaración de Principios del mismo sigue vigente la figura de la monarquía española- creemos que la misma nos sirve como referencia histórica para no perder de vista el origen de nuestra nacionalidad, el nacimiento de la Patria.
Lamentablemente los últimos gobiernos no ha sabido diferenciar la Patria del partido.
Patria es un valor que trasciende la partidocracia aunque los gobernantes quieran imponer estos conceptos como sinónimos.
Por eso, a pesar de que los actos han estado teñidos de partidismo barato sin respetar las más elementales lecciones de protocolo -excepto honrosas excepciones como la reinaguración del Teatro Colón- no queremos dejar pasar este momento histórico con este breve comentario.
La Patria está sobre el partido y los gobiernos conservadores han dado sobradas muestras de ello anteponiendo siempre, en todos sus actos de gobierno, los intereses del País.
Desde Conservadores Argentinos gritamos "Viva la Patria".

lunes, 19 de abril de 2010

"Adolfo Alsina, Caudillo y Estadista"

“Adolfo Alsina, Caudillo y Estadista”, Dr. Gastón Pérez Izquierdo. Editado Por: Fundación Dr. Emilio Hardoy.

A través de una narrativa que va sumergiendo al lector en los avatares de la historia nacional, el Dr. Pérez Izquierdo aborda la vida de una de las figuras preponderantes del autonomismo bonaerense que tuvo un gran protagonismo en la incorporación del desierto en términos productivos y geopolíticos, entre otras cosas, como ha sido el Dr. Adolfo Alsina.
La historia de su vida nos ofrece el perfil de un verdadero caudillo definido por el Dr. Pérez Izquierdo como “popular sin caer en la demagogia, arrebatador y terminante sin rebajarse”.
El autor agrega que “Alsina se empeñaba en resaltar que el espíritu progresista no estaba ajeno y distante del sentimiento conservador genuino, que pugnaba por defender el contenido profundo y no las formas exteriores, a veces muestra sintética y artificial de pacata hipocresía”.
El Partido Autonomista o partido de Alsina, como también se aludía a esta fuerza política, “fue la expresión más genuina y la síntesis entre el puerto y el campo, el sentimiento porteño y el colorido de la campaña, de los hombres del suburbio y los estancieros, de viejos rosistas y antiguos unitarios, de intelectuales y patrones de garitos, de la aristocracia y la burguesía…”, subraya el Dr. Pérez Izquierdo insistiendo en que “el autonomismo pasó a ser sinónimo de Buenos Aires, del campo y la ciudad, de las barriadas del arrabal y de los paisanos de la campaña”.
Poco después de la muerte del Dr. Alsina –agrega el Dr. Pérez Izquierdo- los hombres más enteros como los más sensibles, los viejos como los jóvenes, sus amigos como sus antiguos adversarios, lloraban su muerte enternecidos y un profundo sentimiento imperaba en todos los corazones”.
Recomendamos el libro “Adolfo Alsina, Caudillo y Estadista” no sólo por lo ameno de su lectura sino porque la obra de Pérez Izquierdo ofrece datos y cifras sobre la actuación de este caudillo cuya obsesión fue incorporar nuevas tierra productivas a la Nación.-

FDO: Ma. del Valle Alvarez Gelves

martes, 13 de abril de 2010

Triunfo arrasador de los conservadores en Hungría

El partido de centro-derecha FIDESZ ganó de forma aplastante la primera ronda de las elecciones parlamentarias celebradas ayer en Hungría y ha acabado con ocho años de administración de los socialistas del MSZP, a los que ha desbancado como principal fuerza política.
FIDESZ (Alianza de Jóvenes Demócratas) obtuvo un 52,7% de los votos, seguido del MSZP, con un 19,3%, y de los ultraderechistas de Jobbik (Movimiento para una Hungría Mejor), que obtuvieron el 16,74%, porcentajes muy diferentes de los de los últimos comicios de 2006, en los que los socialistas lograron el 43,2%, el centro-derecha el 42% y Jobbik no consiguió superar la barrera del 5%, condición necesaria para entrar en el Parlamento. La izquierda ecologista del LMP (Otra Política es Posible) obtuvo un 7,4% de los votos.

Con los dos tercios del Parlamento, FIDESZ puede, como ha prometido, modificar la primera Constitución democrática, aprobada tras la caída del comunismo en 1989.
El programa del partido conservador -liderado por el ex primer ministro Viktor Orban, de 46 años- plantea reducir los impuestos, combatir el mercado negro, impulsar la transparencia en la Administración y simplificar la estructura burocrática. Todo eso para intentar combatir una tasa de desempleo del 11,4%, la más elevada desde 1994, y un PIB que se contrajo un 6,3% en 2009.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Cuba reprime una manifestación anticastrista

Agentes del régimen castrista se llevaron detenidas a un grupo de mujeres que se manifestaban en La Habana por el encarcelamiento de disidentes a la tiranía comunista.
Más de treinta "Damas de Blanco" , madres, esposas y hermanas de los prisioneros políticos, fueron obligadas a entrar a los vehículos policiales y trasladadas, como ocurre en Cuba con los opositores a la dictadura, a un lugar desconocido.

jueves, 4 de marzo de 2010

Presentación del Libro "Alsina, caudillo y Estadista"

La Fundación
"Dr. Emilio J. Hardoy"
invita a la presentación del Libro
ADOLFO ALSINA. CAUDILLO Y ESTADISTA
del Dr. Gastón Pérez Izquierdo
Presentarán:
Vicente Gonzalo Massot y José A. Romero Feris
Coordinador: Carlos Ma. Martínez
Palacio Balcarce (COFA) Av. Quintana161, 1er Piso
Día 11 de Marzo de 2010, 19.30 Hs.

jueves, 21 de enero de 2010

Posición de los Conservadores ante la situación actual del país

Hablar de la actual crisis de nuestra Patria, la más profunda y prolongada que jamás hayamos nunca conocido, se ha convertido en un lugar común, sobre el que parece ocioso insistir.
Los signos de la decadencia argentina son por demás elocuentes y el riesgo de la ceguera para reconocerlos y enfrentarlos, está poniendo en juego la supervivencia de la Nación.
El ominoso asunto de los fondos del Banco Central y la desesperación del P.E para echarle mano, es solo una expresión más del desprecio y la absoluta falta de respeto por las instituciones de la República que se exhiben impúdicamente a cada momento, tanto desde el oficialismo como de la oposición.
Recuperar los valores del sistema republicano es la tarea que debemos enfrentar y la primera y necesaria etapa a recorrer hasta lograr una Nueva Organización Nacional, es retomar la vieja sabiduría de empezar de a poco y paso a paso y reunir a los remisos para que asuman sus responsabilidades a la luz de los acontecimientos actuales y de los que se sucederán en poco tiempo más.
Los problemas nacionales solo podrán ser resueltos y superados, cuando los argentinos estén dispuestos a enfrentarlos.
Miremos la verdad de frente poniendo al servicio de la República, los valores que se han salvado del naufragio; no perdamos el tiempo en recriminaciones, pero no repitamos errores
Creer que el país tiene como destino el éxito, que es rico por naturaleza y que la felicidad habrá de llegar sola sin esfuerzo, resulta tan ineficaz y suicida, como imaginar que todos los males que padecemos son el fruto de una conspiración exterior.
Aceptar la realidad y enfrentarla tal como es, es el único y seguro camino para una efectiva recuperación; los males que aquejan a la Argentina necesitan de un grupo consolidado de voluntades y una expresión social pluralista que canalice los diversos criterios y esfuerzos en aras del engrandecimiento nacional.
Hay un sector responsable en la República que no ha levantado las consignas¸ que hizo y sigue haciendo esfuerzos y sacrificios sin pedir nada, que quiere colaborar para recuperar la dignidad nacional y el orden institucional y que confía en la inspiración patriótica de quienes tengan la responsabilidad de conducir esta nueva cruzada.
La retracción de los mejores hombres y mujeres del país y la ausencia a sus obligaciones cívicas, a pesar de ser los que en mayor grado las tienen, ha significado que pseudo dirigentes incompetentes y corruptos se hayan entronizado en la conducción de la Nación, que ha quedado sumida en el desprestigio, expuesta a los ojos de propios y extraños.
Es así como la política terminó resultando algo vil donde no tienen cabida las personas honorables, ya que hasta ahora solo participan en esa actividad quienes cultivan el arte del disimulo, la demagogia fácil, el desmesurado afán por el poder y apuntan al enriquecimiento impúdico
Pretendemos interpretar a esa mayoría silenciosa e invertebrada que aspira encontrar, a través de la unidad de diferentes voluntades, una respuesta válida para sus expectativas; unidad de distintos orígenes históricos, pero igualmente interesadas por convicción cívica e interpretación actualizada y realista de los problemas, con fuerte tendencia republicana, que coincidan en lo esencial y dejen de lado divergencias secundarias.
El tiempo no es nuestro aliado y debemos trabajar con ahinco para terminar con un sistema corrupto que está malogrando el futuro de la República.
Sólo resta esperar una condigna respuesta de los destinatarios de esta requisitoria.