lunes, 28 de septiembre de 2009

Sobre la Libertad

Pero, ¿qué es la libertad? Churchill, en un mensaje al pueblo italiano, poco después de la caída de Mussolini, decía que para determinar si la libertad existe en un país bastaba contestar a estas simples preguntas: ¿hay libertad de opinión, de oposición, de crítica? ¿puede el pueblo derrocar a un gobierno que desaprueba, manifestando su voluntad por medios legales? ¿los jueces, están libres de violencia por el Ejecutivo y de amenazas por grupos, partidos o asociaciones? ¿Pueden estos jueces aplicar leyes uniformes y bien inspiradas, con amplios principios de decencia y equidad? ¿Son igualmente imparciales para los ricos, para los pobres, los particualres y los funcionarios públicos? ¿Son exaltados y respetados los derechos privados?...
El ciudadano no es libre solamente porque lo dejen votar, si al mismo tiempo se ejerce el monopolio de los medios de comunicación para insuflarle propaganda, o si la amenaza del despojo no permite a la propiedad privada cumplir una de sus funciones esenciales, cual es la de impedir que lo más del poder económico caiga en manos del Estado.
Porque no hay pedazos de libertad. La libertad o es completa o no es libertad. Ella no admite calificativos que la parcelen y la destruyan.
Así sucede con la llamada libertad económica que suele oponerse a la libertad política, pues la libertad es una de "esas esencias puras que no toleran adjetivos".
Con razón se ha señalado que es significativo que la nacionalización del pensamiento se haya producido paso a paso con la nacionalización de la industria.
Un pensamiento de Trotzky aclara bien ésto: "en un país donde el único empleador es el Estado, la oposición significa la muerte por consumisión lenta. El viejo aforismo de que el que no trabaja no come, debe ser reemplazado por uno nuevo: el que no obedece no come"

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