martes, 2 de agosto de 2011

El Modelo Imperial K

El imperio K se derrumba y con él las falacias que durante años quisieron imponernos los responsables de este autoritario y particular modo de entender el sistema democrático donde, entre otras cosas, se conculcaron las más elementales garantías individuales, hubo un avasallamiento reiterado de la libertad de prensa, se instituyó la corrupción como una forma prebendaria de sumar adeptos y el robo sistemático de los fondos de la sociedad fue moneda corriente.

Las derrotas aplastantes de los kirchneristas en las últimas elecciones de Capital Federal y Santa Fe son el termómetro del frío que comienza a correr por las venas K en este invierno polar y que continúan dejando un tendal de muertos o heridos políticos luego de los actos eleccionarios que el gobierno optó por convertir en un campo de batalla. Rossi y Filmus se convirtieron así en la imagen de la derrota asumiendo estoicamente - o quizás renunciando a su propia dignidad - un revés que, creemos, fue más propio de las arbitrariedades de este gobierno que de los candidatos a pesar de la diferencia que tenemos con ellos.

Pero si algo más faltaba a esta carencia de grandeza y dignidad en las filas K resulta que, con la soberbia a la que nos tienen acostumbrados y subestimando la capacidad crítica de nuestra sociedad, el resultado electoral adverso es producto de la prédica de los medios de comunicación: presuponer tan artera y ruinmente que los ciudadanos son incapaces de pensar por sí mismos es generalizar el estilo que reina en el gobierno actual donde los pocos que se atreven a pensar o mostrar disconformidad intelectual son tildados de traidores.

Para el gobierno nacional la obediencia debida luce claramente como la metodología política incapaz de aceptar el libre albedrío y la libre determinación como valores inherentes a la condición de Ser Humano.

Convencidos que los ciudadanos argentinos somos ingenuos o ignorantes para analizar con espíritu crítico la realidad actual es, cuanto menos, una tomadura de pelo tan baja y asquerosa como el asco que le produce a la militancia K el resultado electoral pasado.

Los actos de corrupción, el avasallamiento a las libertades constitucionales, el rechazo categórico a las arbitrariedades políticas del kirchnerismo son una realidad que ningún ciudadano desconoce porque, muy a pesar del gobierno, nuestra sociedad piensa (aún cuando votaron por “el pingüino y la pinguina”, - NK dixit -)

A pesar del tono conciliador que quisieron impartir luego de los cachetazos electorales de las elecciones volvieron a mostrar la hilacha buscando responsables de las derrotas fuera de la estructura partidaria negándose obstinadamente a asumir que la prepotencia, el autoritarismo, la subestimación del electorado, la burla a la Constitución, los actos de corrupción e intimidación, la imposición arbitraria de la voluntad de la presidente así como la impunidad puesta de manifiesto a la hora de gobernar SON, y no otros, los fantasmas que sobrevuelan en las cabezas de los militantes que no podrán espantar para la elección venidera.

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